Una vez realizada la segunda poda del año (espergura) con la que regulamos la tasa productiva de nuestra Garnacha, en verano toca mimar la viña para no tirar por tierra el trabajo de los meses anteriores.

Despunte y desnietado

Con la baya verde en pleno desarrollo, toca realizar una buena gestión de la vegetación, que incluye dos operaciones: el despunte y el desnietado. El despunte consiste en la supresión del ápice o sumidad apical del brote para parar su crecimiento y evitar que caiga sombreando la zona de los racimos, mientras que el desnietado es la eliminación de feminelas o brotes aparecidos a partir de las yemas anticipadas de los pámpanos, ya que cuando se encuentran en la zona de racimos provocarán un excesivo sombreamiento a la uva favoreciendo un microclima que propiciará la incidencia de enfermedades y plagas.

Evitar las enfermedades

Por tanto, el principal objetivo del buen manejo de la vegetación es procurar una buena superficie foliar expuesta en la cepa, así como el evitar microclimas favorables al desarrollo de enfermedades y plagas por sombreamientos en la zona de racimos.
Además, con estas operaciones conseguimos que los tratamientos fitosanitarios sean más eficaces y menos necesarios al tener los racimos más expuestos a la ventilación del aire y a la radiación solar. Esto es muy importante de cara a la protección de la fruta frente a la tan temida enfermedad fúngica de la podredumbre provocada por Botrytis cinerea.

Un brindis tras el esfuerzo

Así que, como no puede ser de otra forma, en Bodegas Valdelacierva nos tomamos tanto el despunte como el desnietado como si de un tratamiento fitosanitario se tratase y las realizamos con gran precisión para proteger a nuestra mimada garnacha de tan temido hongo.
Y como julio en esta zona es un mes muy pero que muy caluroso… cuando terminamos estos trabajos lo celebramos con un muy fresquito Valdelacierva Rosé Lágrima de Garnacha, un espectacular broche final para unos trabajos tan delicados en la viña.

La viña no tiene vacaciones

Agosto siempre ha sido el mes estrella de las vacaciones. La mayoría disfruta de sus días de descanso pero nosotros, en Valdelacierva, siempre tenemos a alguien de guardia para cuidar y controlar que en el viñedo todo esté en orden.
Y es que no podemos tirar por tierra todo el trabajo realizado durante tantos días en los viñedos por un abandono estacional de veraneo. Todos los días en el campo cuentan y son muy importantes para la viña. Por ello siempre queda alguien de nuestro personal cualificado velando por el correcto estado de cada una de nuestras cepas.

Últimos cuidados de la uva

Y así lo hacemos, cómo no, en la mimada Garnacha de Montepedriza. Este mes toca un nuevo tratamiento de azufre (en este caso, azufre en polvo para que penetre bien en el interior de la cepa) y con ello prevenir el posible desarrollo de oídio. También colocamos cintas de reflejo para evitar el daño de los pájaros sobre los racimos de uva y estimamos la producción por cepa para determinar la posible operación de raleo (tirada de uva de modo que se consiga un buen equilibrio productivo en cada cepa y así alcanzar una completa maduración de la fruta).

Se acerca la vendimia
Con todas estas operaciones, cada vez estamos más cerca de la tan ansiada fecha de cosecha.
Durante este mes, seguimos con la tónica dominante de una sequía extrema que nos está marcando el verano. Esto nos deja un reducido tamaño de la baya por el acusado estrés hídrico que está padeciendo la planta. Esta situación no solo va a afectar a la fecha de cosecha, sino también a las características de la uva, ya que tendremos una alta concentración polifenólica y de azúcares dentro de la baya, lo que nos condicionará a realizar vinificaciones diferentes en bodega.

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