montepedriza diario de un viticultor rioja

La lluvia que no llega

Climatológicamente hablando, continuamos sometidos a una importante escasez de precipitaciones, lo que hace que nuestro reservorio de agua en el suelo vaya disminuyendo día tras día. A
esto tenemos que añadirle el hecho de unas temperaturas medias más bajas de lo normal durante el mes de mayo. Todo ello está contribuyendo a que la planta tenga un desarrollo vegetativo escaso
con respecto a otros años, lo cual marca un retraso total en el ciclo fenológico del viñedo de algo más de diez días.

La importancia de las raíces

Nuestra Montepedriza, como buena garnacha vieja cuyo sistema radicular profundiza a más de metro y medio, sigue resistiendo este año tan escaso de agua sin ningún problema.
No obstante, como cuidadores de la viña, nuestra labor en estos momentos complicados es la de ayudarla a soportar lo mejor posible la sequía y, para ello, eliminar todo tipo de competencia por los recursos hídricos que le pudiera causar la vegetación adventicia.

Desbrozar… ¡y festejar!

Así que este mes toca labrar suelo y volver a coger desbrozadoras para mantener todos los recursos hídricos disponibles para nuestra garnacha. Y nos preparamos para la siguiente labor… que ya tenemos programada para el 1 de Junio: la espergura (es decir, la poda en verde), de la que el mes que viene os contaremos más. ¡Ah!, por si no lo sabíais: aquí, una vez terminada la espergura, se celebra con chuletillas al
sarmiento y un Garnacha Montepedriza 2018. ¡¡¡Estáis invitados!!!

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